RAIMON Y EL OSITO
Su mayor posesión era su osito. Raimon tenía un muñeco que le gustaba
mucho y le puso Quirón. Era blando y peludo. Un día Raimon se fue al jardín con
Quirón y empezó a llover. Raimon salió corriendo y tiró a Quirón. Por la noche
paró de llover. El osito se sintió muy triste al ver que su mejor amigo lo
había abandonado. Al día siguiente Raimon vio a su osito tirado en el suelo y
mojado. Raimon corriendo lo cogió y lo secó. El osito viendo que Raimon todavía
le quería se puso muy contento.
Escúllar
EL
OSO PEREZOSO
Su mayor posesión eran sus zarpas. Mientras todos los osos se metían
dentro del rio a cazar los salmones más grandes y gordos, el oso perezoso se
sentaba a la orilla a esperar que un salmón despiadado saltara fuera del rio y
le cayera cerca de sus patas para poder comérselo.
Los demás osos, al ver lo que no había hecho el oso perezoso, lo
criticaban y le rugían las cosas que solo entre osos entendían; pero el oso
perezoso los ignoraba y seguía esperando en la orilla por un golpe de suerte.
J.
Moreno Garrido. (Doña María)
EL MONSTRUO DE LAS ATRACCIONES
Su mayor tesoro perdido.
Erase una vez un parque de atracciones abandonado, donde se situaban
unas grandes catacumbas.
Una vez iba marcos persiguiendo una hormiga cuando de repente se
encontró con un gran parque de atracciones, el no cabía en su asombro, quería
montarse en todas las atracciones.
El primero fue el tren mágico que lo condujo a las catacumbas, no
sabía dónde estaba, ni dónde dirigirse, pero de repente una luz cegadora asomó,
él la siguió y le condujo hasta unas cárceles, en una de ellas sonaba un ruido
diciendo –“chocolate, chocolate”.
El niño se asomó y vio un hombre de espaladas el hombre se giró y
Marcos vio un monstruo. El hombre monstruo se dirigió hacia Marcos y le dijo:
–Ayúdame a salir de aquí, mi madre
me encerró aquí cuando solo era un niño.
Marcos le contesto:
– ¿Cómo te ayudo? Contestó marcos.
- ¿Ves esa llave de allí? Cógela y abre.
Marcos la cogió y abrió, el monstruo muy satisfecho dijo:
– Ven rápido antes de que mi
madre se dé cuenta.
Salieron corriendo hasta llegar a un viejo barco donde se encontraba
la madre del monstruo, entraron y la madre dijo:
–
¿Tú qué haces aquí? Y él contestó:
– Mama te voy a hacer lo que tú
me hacías a mi antes de encerrarme, la cogió en peso y la tiró al mar, tal mal
golpe se dio que murió, el hombre y el niño salieron aunque el hombre no quiso
dijo que ese era su hogar.
S. López Salmerón (Nacimiento)
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