El topo Carompón
No
volvió a comerse nunca más las hortensias. Carmela es agricultora y le gusta
las hortensias. Un día fue a plantar sus hortensias y vio al topo Curompón y le
dijo Carmen:
-¡Esas
son mis hortensias plateadas y doradas no se puede comer son especiales y tú te
las estás comiendo! Dijo Carmen enfadada.
El topo Curompón con sus ojos rojos
le miró con cara de pena y le dijo:
-Yo
lo siento mucho pero tus plantas están tan fresquitas y no pachuchas como las
de Roc tu vecino.
Y Carmen le dijo:
-Pero
tú no puedes comerte mis hortensias plateadas y doradas. Hasta ahora has
podido, pero como te vea más te voy a echar de una patada en todo el hocico.
El
topo asustado saltó y metió sus patitas en la arena y se fue. Nunca más volvió
el topo Curompon a casa de Carmen. El topo fue feliz gracias a Carmen.
1º Premio de la semana (17/10/2012)
I.P. Galindo
Ibáñez.
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